1) De la “Historia de las formas”a la “Historia de las tradiciones”

Aun manteniéndose fiel a los principios fundamentales de la hipótesis de Wellhausen, en los comienzos del siglo XX surgió una nueva orientación con la denominada Historia de las formas. H. Gunkel, a partir del estudio del primer capítulo del Génesis, comprobó que, aun siendo su composición relativamente reciente, era deudor de un pasado, de una historia literaria anterior, por ejemplo en lo relativo al sábado (institución muy antigua), a los relatos de la creación conectados con los mitos babilónicos, etc. Se imponía, según él, descubrir dentro de cada documento de Wellhausen las formas literarias previas, y establecer cuál había sido la historia de las mismas hasta quedar incorporadas en cada uno de los documentos clásicos.

Más importante que el estudio de los documentos largos era la comprensión de las unidades literarias previas (“Gattung”, “forma”): relatos populares, poemas, leyendas, etc.

También procurando determinar la situación ambiental (Sitz im Leben) de Israel que dio lugar a cada una de ellas, los géneros literarios comunes a la literatura extrabíblica y la finalidad teológica última de cada unidad menor.

Discípulo de Gunkel fue H. Gressmann en cuanto al AT. Y seguidores de su hipótesis aplicada al NT son M. Dibelius, R. Bultmann, K.L. Schmidt, etc.

 

G. Von Rad fue el primero en proponer un origen cultual para las tradiciones del antiguo Israel (y con él: S. Mowinckel (1927), noruego; J. Pedersen (1934), escandinavo; A. Alt (1934), alemán). Partiendo de unos presupuestos en la línea abierta por Gunkel, las intuiciones de G. von Rad dan origen a la Historia de la tradición que modificó profundamente la hipótesis de Wellhausen.

G. von Rad propuso la hipótesis de que el Pentateuco ha llegado a formarse como desarrollo del primitivo “credo histórico”, la confesión primaria de la fe de Israel, que es fe en un Dios que ha intervenido en la historia. Algunos restos de ese “credo histórico” se conservarían en Dt 26,5‑9 y 6,20‑24. A partir de ese credo se habrían ido creando relatos relacionados con las tradiciones del Sinaí, y que servirían para ser proclamados en determinadas fiestas; también se habrían ido desarrollando mandamientos y exhortaciones, así como narraciones de la conquista de la tierra de Canaán y su distribución.

– El Yahvista ensamblaría estas “formas” en un conjunto unitario, al que antepondría unos relatos sobre los patriarcas que sirvieran para preanunciar la alianza y la conquista. Delante de todo ese conjunto pondría como prólogo la historia de la creación y los orígenes de la humanidad para dar a la historia de Israel un valor universal.

– Por su parte, el Deuteronomista se ajustaría a esa estructura y perspectiva del Yahvista, y la adición de los elementos del Elohista y Sacerdotal no modificarían sustancialmente esta estructura previa, aunque realizaran aportaciones significativas de detalle.

En la propia obra de G. von Rad se aprecia, con respecto a Gunkel, un desplazamiento del interés por las “formas” hacia las «tradiciones». No importa sólo su aspecto formal, literario, sino también la tradición trasmitida, el tema del que habla cada una.

A partir de ahí el interés por encontrar la «historia de las forma en la composición del Pentateuco iría dejando paso a la búsqueda de la “historia de las tradiciones” que bajo esas formas literarias configuran el texto. El autor más representativo de esta nueva corriente es Martin Noth. Se propone indagar la “historia de las tradiciones” no investigando la historicidad del contenido de ellas, sino la historia del “hecho” de la existencia de esas tradiciones, lo que supone el estudio de la evolución en sus formulaciones tanto en la fase oral como escrita de las mismas.

Su hipótesis propone que el Deuteronomio era el primer libro de una historia del pueblo de Israel desde sus primeros momentos en la tierra de Canaán hasta la cautividad de Babilonia. El Pentateuco actual se habría formado añadiendo tardíamente ese libro al Tetrateuco. Esos cuatro libros se habrían ido componiendo sobre una estructura formada por cinco grandes “tradiciones”:

1ª) La de la salida de Egipto,

2ª) la entrada en Canaán,

3ª) las promesas a los Patriarcas,

4ª) el camino del desierto y

5ª) la revelación del Sinaí.

Sobre esa estructura se irían ensamblando otras tradiciones menores como las de las plagas de Egipto o las murmuraciones del pueblo. Junto a todas esas tradiciones habría otros materiales literarios como genealogías, itinerarios, leyes, etc. A partir de esas cinco grandes tradiciones con sus añadidos se irían llevando a cabo unas labores redaccionales que darían lugar a los documentos Yahvista, Elohista y Sacerdotal y finalmente al Tetrateuco.

Un comentario sobre “1) De la “Historia de las formas”a la “Historia de las tradiciones”

Deja un comentario