El mundo de los nómadas y la historia

El modo de vivir de los patriarcas es el de los nómadas o seminómadas que se desplazan con sus rebaños en busca de pastos y viven en tiendas (Gn 12,8-9; 13,3.12.18; 18,1.6.9.10; 24,67; 25,27). Por ejemplo, en Gn 18 vemos su régimen alimentario, característico de la cultura nómada y que ha durado milenios (los actuales beduinos del desierto siguen viviendo más o menos como los patriarcas bíblicos).

– Sabemos por pinturas encontradas en tumbas egipcias que en torno al 1890 a.C. ya había semitas que emigraban a Egipto como se nos dice que hicieron los patriarcas. La pintura de la antigua tumba egipcia Beni Hasan sería según W. F. Albrigth una buena representación de cómo debieron llegar Abrahán (Gn 12,10-20) o los hermanos de José a Egipto (Gn 42; 43 y 46-47). El problema es que no podemos saber con certeza a partir de estos datos cuando bajaron a Egipto los patriarcas. Se suele decir que una tribu asiática, los hicsos, que consiguió gobernar en Egipto casi dos siglos (1730-1550) sería el periodo más probable de estas migraciones patriarcales (y para que José, un semita, pudiera llegar a ser gobernador) e incluso el éxodo es posible que estuviese en relación con la expulsión de los hicsos de Egipto.
– Sobre el libro de José hemos de reconocer que no consta por ahora ningún personaje llamado José en las listas de funcionarios egipcios. Y que los datos que aportan Gn 39-50 sobre las costumbres egipcias, si bien son verdaderas y algunas muy específicas (incluso se dice la palabra egipcia “Abrek” que gritaban ante al carro de José), no es improbable que un habitante culto de Canaán conociera estas cosas.
– Hay un dato clave en todo esto que no podemos olvidar, los patriarcas son los antepasados de un pueblo y es muy difícil “inventar” a los propios antepasados. Solo un personaje real puede llegar a estar tan anclado en la tradición de un pueblo y puede llegar a ser aceptado como fundador y formar parte de su patrimonio literario sagrado. Efectivamente, los patriarcas bíblicos serían personajes populares conocidos en diverso grado en las distintas regiones de Israel: Abrahán y Sara parecen más ligados a Hebrón (Mambré: Gn 13,18; 14,13; 18,1; 23,2.17). La figura de Isaac parece situarse más al sur, en la región de Bersebá, en la frontera del Négueb (Gn 24,62; 25,11; 26,33). Jacob estaría ligado a las tribus del Norte; tras la venida de la casa de su tío Labán se instalaría entre Siquén y Betel (Gn 28,19; 33,18; 35,1.16).

– Una vez dicho lo anterior, que avala la realidad histórica de los patriarcas, hemos de hacer notar también que la redacción de muchos textos fundamentales de estos capítulos del Génesis son tardíos, es decir, postexílicos. Estas observaciones del ciclo de Abrahán, junto con otras hechas al ciclo de Jacob, muestran que hasta cierto punto hubo una relectura y una re-actualización de textos más antiguos a fin de responder a las preocupaciones de la comunidad postexílica, en torno al año 530 a.C. Por tanto la imagen de un Abrahán, comúnmente conocida, como “peregrino” que viene de Ur de Caldea para establecerse en Canaán (Gn 11,28.31; 12,1-3; 15,7) se piensa hoy que dada su redacción postexílica, ha podido ser re-elaborada en el siguiente sentido: Abrahán fue llamado por el Señor de Israel para dejar su patria e ir hacia una tierra desconocida, la tierra prometida, Abrahán obedeció y por eso lo bendijo Dios. El mensaje sería: la bendición prometida a Abrahán valdrá también paro todos los que han vuelto de Mesopotamia después del exilio para establecerse en Israel.