Ciclos de lecturas litúrgicas

  • Además, los antiguos hebreos dividieron el A. T., para la lectura cíclica en las reuniones sinagogales de las festividades religiosas, según dos sistemas:

    • 1°) ciclo trienal, según el cual la Thóráh o Ley se dividía en 167 órdenes o sedarim;
    • 2°) ciclo anual, con arreglo al cual la Thóráh era dividida en 54 secciones o parasiyyóth.
    • Éste es el que prevalece todavía entre los judíos. A las lecturas de la Ley se añaden lecciones selectas de los libros proféticos o haftaróth.
    • En ciertas festividades se leen también los cinco rollos o meguillóth (el Cant en Pascua, Rut en Pentecostés, Lam en la conmemoración de la caída de Jerusalén a manos de Nabucodonosor, Eccli en Tabernáculos, Ester en Purim).

       

  • En la antigüedad cristiana, a su vez, en las celebraciones eucarísticas eran leídas junto con secciones selectas del A. T., todos los libros del N. T. cíclica y ordenadamente, en una doble lectura en cada sesión litúrgica:

    • de un lado, las secuencias cursivas de los cuatro Evangelios;
    • de otro, lecciones también cursivas del «Apóstol», e. d., del resto del N. T., especialmente de las Epístolas.
    • De este uso queda constancia en los antiguos códices, por los signos que indican el comienzo de la lección arjé, y el final de la misma, télos.
  • A partir del s. V o VI fue prevaleciendo la costumbre de leer sólo pasajes selectos, tanto del A. T. como del N. T., uso que ha dominado hasta la reforma actual de la liturgia eucarística, tras el Conc. Vaticano I

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