Sentido teológico de los libros de los Reyes

Como ya se ha dicho, estos libros ofrecen una visión religiosa de la historia.Enseñan el camino seguido por los reyes y el pueblo, que termina en el derrumbamiento final del reino. Los redactores deuteronomistas han sacado lecciones de todo este periodo para transmitir las enseñanzas fundamentales que ya estaban en el libro del Deuteronomio y que vuelven a aflorar de un modo u otro en los distintos relatos: Sólo existe un Dios, el pueblo elegido constituye una unidad, sólo se puede dar a Dios el culto adecuado en un sólo templo, que es el de Jerusalén, hay una tierra que es la que Dios ha dado en posesión a su pueblo, y una Ley dada por Dios para instruir a su gente. El carácter teológico de esta historia se hace particularmente patente con las intervenciones de los profetas. Éstos señalan el curso y el sentido de los acontecimientos, y pronuncian vaticinios que van encontrando cumplimiento con el paso del tiempo. El esquema “profecía-cumplimiento” se encuentra repetido unas cuarenta y cinco veces a lo largo de los libros de los Reyes.        En esta forma de presentar la historia subyace la certeza de que la palabra de Dios, pronunciada por medio de los profetas, guía y dirige con toda su divina eficacia la historia de Israel.

Los libros de los Reyes relatan la experiencia de un reino político-religioso, que a la vista del autor no es digno de reprobación (hay algunos reyes buenos, y además, se cuenta con las promesas de Dios) pero que en la práctica no funcionó. El primer rey del que tratan estos libros, Salomón, es el primer eslabón de una cadena de infidelidades que se irían sucediendo una tras otra. Dios le concedió un reino excelente, lleno de riquezas y de esplendor, y le adornó con buenas cualidades humanas realzadas por una sabiduría eminente. Sin embargo, Salomón se dedicó a gozar de los bienes recibidos, y el esplendor que lo rodeaba apenas pudo ocultar un progresivo vaciamiento de valores espirituales que le hizo incapaz de hacer frente a la pereza y a la sensualidad, y que acabaría arrastrándolo a una corrupción moral generalizada. A su muerte, la división de los reinos y la larga serie de hombres que recibieron la unción real y que fueron infieles a Dios, marcan la historia de Israel y de Judá. Hubo, no obstante, algunos reyes como Ezequías y Josías que emprendieron reformas religiosas, pero su empeño no tuvo continuidad en sus sucesores. En estos libros la figura del rey de la dinastía davídica va adquiriendo una creciente importancia teológica en el Reino del Sur, y, de modo paralelo, va aumentando también la importancia de Jerusalén, capital y centro religioso del reino desde que el Arca fue trasladada a ella. La posterior destrucción del Templo y de la ciudad por los babilonios no hizo decrecer su importancia religiosa. Al contrario, desde entonces Jerusalén será la ciudad santa en la que el Mesías llevará a cabo su obra y donde reinará por siempre.

Al considerar justa la destrucción de Samaría, y después la de Jerusalén, los libros de los Reyes subrayan las exigencias de la Alianza y la realidad de las infidelidades del pueblo. Sin embargo, en medio de esa falta de fidelidad queda un “pequeño resto” que también muestra cómo permanece fiel a Dios (cf. 1 R 19,18).A pesar del aparente balance negativo de los acontecimientos, nunca deja de estar latente un mensaje positivo de esperanza que mueve a la conversión. El camino de la conversión se mantiene abierto a la esperanza puesto que el Señor siempre permanece fiel a la Alianza y a las promesas hechas a David y a su descendencia.

4 comentarios sobre “Sentido teológico de los libros de los Reyes

  1. Excelente sentido teológico. Me hubiera gustado que ahondara en el proyecto que comienza en el Éxodo, con la alianza, y el cumplimiento de ella.
    La pregunta sería: ¿falló el pueblo al pacto, o fueron los reyes los que hicieron fallar al pueblo? Si fueron los reyes, ¿por qué pagó el pueblo con el exilio?

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