Job: teoría y práctica

Ya hemos visto que en el seno de la doctrina de los sabios se plantea una y otra vez este problema de difícil solución. El planteamiento del problema en parte viene señalado en la ambigüedad y aparente contradicción entre muchos afirmaciones sapienciales entre si e incluso dentro mismo del mismo libro (Proverbios, Job y Qohelet).

La lectura de la literatura sapiencial, sea o no bíblica, descubre en la sabiduría una referencia doble que raya con frecuencia en la ambigüedad. Maestros y sabios apelan a la experiencia como argumento fundamental y a la vez acuden masivamente a la enseñanza, a la doctrina: el conflicto surge cuando esas nociones que fueron pertinentes y justas en un momento cristalizan «dogmáticamente»; es decir cuando la experiencia no proporciona ya material de conocimiento y cuando lo que se conoció no se examina y controla continuamente, cuando se encorseta el conocimiento mismo, cuando un saber se impone y entra conflicto con la evidencia de la realidad («pues la realidad se habrá equivocado»: Hegel). En Job nos encontramos en un vaivén continuo de dos argumentos: la ideología dogmatizada e inmóvil y la fresca y personal experiencia.

La paradoja de la disyuntiva planteada: qué destruye en realidad la Religión ¿la doctrina rígida de los sabios sobre el dolor o la crítica a esa doctrina realizada desde la experiencia del dolor mismo de Job? ELIFAZ parece afirmar que ha entendido el alcance de los discursos de Job. Pero lo que ocurre es justo lo contrario según 15,2 al ser descalificado Job se hace lo mismo con la experiencia, que no ocupa su lugar real y pasa a ser algo secundario sino insignificante; al declarar que la realidad no es admisible sino en la medida en que cuadra perfectamente con la doctrina, sitúa a la doctrina-ideología como fuente y principio de la comprensión de la realidad. Es el mundo al revés. ES LA PERFECTA PERVERSIÓN DE LA SABIDURÍA. Elifaz dice que ha entendido el alcance de las ideas de Job (15,4: «destruyen el temor de Dios (la religión) y eliminan la oración (en cuanto expresión de la religión)«). DAR LA RAZÓN A JOB SUPONE EL FINAL DE LA RELIGIÓN, DE LA SABIDURÍA, DEL ORDEN, DEL SISTEMA..

Aunque el libro deja el problema sin solucionar, sin embargo pone las cosas en su verdadero sitio al condenar la doctrina-ideología de los amigos y al reconocer que la experiencia-grito de Job es justa. Y va más allá al afirmar que la religión y sabiduría de Israel NO ES UNA DOCTRINA O IDEOLOGÍA sino ALGO EXPERIENCIAL Y REAL: te conocía sólo de oídas, ahora te ha visto mis ojos (te he experimentado); por eso me retracto y me arrepiento. LA RELACIÓN ENTRE JOB Y DIOS ES EXPERIENCIAL Y VIVO. EL DIOS DE JOB (DE ISRAEL) SOLO PUEDE SER CONOCIDO (EN EL SENTIDO DEL TÉRMINO HEBREO hkm) POR LA EXPERIENCIA.

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