Sentido teológico del libro de Judit

La clave teológica del libro se encuentra en la oración de Judit (9,1 ss.): el que ha querido seducir a Israel llevándolo a la idolatría, es seducido y vencido; en cambio, los que son fieles a Dios pueden contar siempre con la Fidelidad del Señor como punto de apoyo. En el contexto en que fue escrito, el libro tiene un mensaje de esperanza en el Dios de Israel, que conduce la historia de su pueblo.

Judit simboliza la fe mientras que Holofernes simboliza la fuerza. Judit no posee armas ni destreza en su manejo, pero su fuerza está en su fe. La confrontación entre ambos es paradigma de la confrontación entre los que confían en el poderío humano y los que confían en Dios. Es la misma doctrina del Sal 20,8: “unos confían en sus carros, otros en sus caballos, nosotros somos fuertes en el nombre del Señor”.

Judit es hermosa y prudente (Jdt 8,26-28). Es, pues, figura de la sabiduría que proporciona la fe y la confianza en Dios (Jdt 8,15) que supera la sabiduría humana, ya sea babilónica o griega.

A pesar de que la lógica humana llevaría a pensar que el mundo está a merced de los poderosos, el libro de Judit mueve a pensar según la lógica de Dios de la que habla San Pablo: “Dios escogió la necedad del mundo para confundir a los sabios y Dios eligió la flaqueza del mundo, para confundir a los fuertes; escogió Dios a lo vil, a lo despreciable del mundo, a lo que es nada, para destruir lo que es, de manera que ningún mortal pueda gloriarse ante Dios” (1 Co 1, 27‑29).

No obstante la fe en Dios no excluye la necesidad de la colaboración humana. La derrota de los asirios, según el relato, es fruto del empuje, la iniciativa y la habilidad de Judit, y no de espectaculares intervenciones divinas. Ella pone inteligentemente todos los medios a su alcance y Dios hace que triunfe en una tarea que humanamente no parecía tener ninguna posibilidad de éxito.

3 comentarios sobre “Sentido teológico del libro de Judit

Deja un comentario