Sobre la Actualización de los textos bíblicos

biblia-Ya vimos como la Biblia misma practica la actualización: textos más antiguos son releídos a la luz de circunstancias nuevas y aplicados a la situación presente del Pueblo de Dios. Basada sobre estas mismas convicciones, la actualización continúa siendo practicada necesariamente en las comunidades creyentes.

1. Principios.

Los principios que fundan la práctica de la actualización son los siguientes:

  1. La actualización es posible, porque la plenitud de sentido del texto bíblico le otorga valor para todas las épocas y culturas (cf. Is 40, 8; 66,18-21; Mt 28, 19-20).
  2. La actualización es necesaria porque, aunque el mensaje de la Biblia tenga un valor duradero, sus textos han sido elaborados en función de circunstancias pasadas y en un lenguaje condicionado por diversas épocas. Para manifestar el alcance que ellos tienen para los hombres y las mujeres de hoy, es necesario aplicar su mensaje a las circunstancias presentes y expresarlo en un lenguaje adaptado a la época actual. Esto presupone un esfuerzo hermenéutico que tiende a discernir a través del condicionamiento histórico los puntos esenciales del mensaje.
  3. La actualización se efectuará en conformidad con la unidad dinámica entre el Nuevo y Antiguo Testamento. Ya que el Nuevo Testamento se presenta a la vez como cumplimiento y superación del Antiguo.
  4. La actualización se realiza gracias al dinamismo de la tradición viviente de la comunidad de fe. En la actualización, la tradición cumple un doble papel: a) procura, por una parte, una protección contra las interpretaciones aberrantes, y b) asegura por otra, la transmisión del dinamismo original.

Actualización no significa, pues, manipulación de los textos, sino buscar sinceramente la luz que contienen para el tiempo presente. El texto de la Biblia tiene autoridad en todo tiempo sobre la Iglesia cristiana; y aunque hayan pasado siglos desde el momento de su composición, conserva su papel de guía privilegiada que no se puede manipular. El Magisterio de la Iglesia «no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, no enseñando sino lo que fue transmitido por mandato de Dios, con la asistencia del Espíritu Santo, la escucha con amor, la conserva santamente y la explica fielmente» (Dei Verbum, 10).

2. Métodos.

Partiendo de estos principios, se pueden utilizar diversos métodos de actualización.

  1. La actualización, practicada ya en la Biblia misma, se ha continuado luego en la Tradición judía por medio de procedimientos que se pueden observar en los Targumim y Midrasim: 1) búsqueda de pasajes paralelos (gezerah shawah), 2) modificación en la lectura del texto (‘al tiqrey), 3) adopción de un segundo sentido (tartey mishma), etc.
  2. Por su parte, los Padres de la Iglesia se han servido de la tipología y de la alegoría para actualizar los textos bíblicos de un modo adaptado a la situación de los cristianos de su tiempo.
  3. En nuestra época, la actualización debe tener en cuenta la evolución de las mentalidades y el progreso de los métodos de interpretación.
  4. La actualización presupone una exégesis correcta del texto, que determina el sentido literal.
  5. La actualización de un texto bíblico en la existencia cristiana no puede hacerse correctamente sin establecer una relación con el misterio de Cristo y de la Iglesia. No sería normal, por ejemplo, proponer a los cristianos, como modelos para una lucha de liberación, únicamente episodios del Antiguo Testamento (Exodo, 1-2 Macabeos).
  6. Inspirada por filosofías hermenéuticas, la operación hermenéutica comporta tres etapas: 1) escuchar la Palabra a partir de la situación presente; 2) discernir los aspectos de la situación presente que el texto bíblico ilumina o pone en cuestión; 3) sacar de la plenitud de sentido del texto bíblico los elementos que pueden hacer evolucionar la situación presente de un modo fecundo, conforme a la voluntad salvífica de Dios en Cristo.

3. Límites.

Para estar de acuerdo con la verdad salvífica expresada en la Biblia, la actualización debe respetar ciertos límites y abstenerse de posibles desviaciones.

  1. Se deben eliminar las lecturas tendenciosas, es decir, aquéllas que, en lugar de ser dóciles al texto, no hacen sino utilizarlo con fines estrechos (por ejemplo la de los Testigos de Jehovah).
  2. La actualización pierde toda validez si se basa sobre principios teóricos que están en desacuerdo con las orientaciones fundamentales del texto de la Biblia mismo (por ejemplo, el racionalismo opuesto a la fe o el materialismo ateo).
  3. No son lícitas las actualizaciones contrarias a la justicia y a la caridad evangélicas (por ejemplo, las que querrían apoyar sobre textos bíblicos la segregación racial, el antisemitismo o el sexismo, masculino o femenino, etc).
  4. Las desviaciones serán evitadas, si la actualización parte de una correcta interpretación del texto y se efectúa en la corriente de la tradición viva, bajo la guía del Magisterio eclesial. 

De todas maneras, los riesgos de desviación no pueden constituir una objeción válida contra el cumplimiento de una tarea necesaria: la de hacer llegar el mensaje de la Biblia a los oídos y al corazón de nuestra generación.

Fuente:  Documento de la Pontificia Comisión Bíblica,“La Interpretación de la Biblia en la Iglesia”.

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