Manuscritos bíblicos hebreos

En la actualidad hay unos 6.000 manuscritos hebreos en diferentes bibliotecas. El Antiguo Testamento hebreo ha llegado hasta nosotros en manuscritos en su inmensa mayoría de épocas relativamente tardías (siglo X o posteriores), debido en parte a las destrucciones de bibliotecas producidas por los avatares de la historia del pueblo judío y, muy especialmente, por preceptos religiosos del judaísmo: la Sagrada Escritura hebrea debe ser leída en mss. impecables, sin deterioro ni deficiencia alguna; los manuscritos gastados por el uso o incorrectos con respecto al modelo oficial deben ser sustituidos por otros nuevos y correctos. El respeto religioso hacia la S.E. obligaba a que dichos manuscritos desechados pasaran primero a una especie de almacén de la sinagoga, llamado geniza, que una vez lleno, su contenido era llevado al cementerio judío y enterrado con honras fúnebres. Perdiéronse así para la filología bíblica, salvo en el caso fortuito de la geniza de El Cairo, piezas de valor inestimable.

A pesar de esto sabemos que los manuscritos hebreos del A.T. llamados manuscritos modelo, han recogido y trasmitido con una minuciosa perfección y cuidado sin igual en la historia de la trasmisión de los textos antiguos, una antiquísima tradición textual.

Los manuscritos hebreos del A.T. deben ser divididos en estos dos grupos: Rollos y Códices:

1. El rollo es la más antigua forma del libro, y así se nos ofrecen los más antiguos manuscritos hebreos del A.T., los del mar Muerto (Qumrán). Un rollo consiste en una tira de cuero, papiro o pergamino cuya longitud depende del contenido del texto (p. ej., el Rollo de Isaías A de Qumrán mide 7,34 m.), para cuyo manejo en la lectura deben ser utilizadas las dos manos, de modo que una lo desenrolle y la otra vaya arrollándolo por un sistema semejante al de la cinta de la máquina de escribir. El judaísmo por precepto litúrgico ha conservado el rollo para las lecturas bíblicas sinagogales hasta hoy, y también su antiguo nombre de séfer, séfer Torah. Los rollos pueden ser:

  • a) Los rollos sinagogales según el Talmud, han de ser de cuero, reciben la escritura sólo sobre la cara correspondiente al lado del pelo de la piel del animal; ha de ir dispuesta en columnas paralelas y éstas, como es obligado por dirección de la escritura hebrea, se suceden de derecha a izquierda. La disposición gráfica del texto bíblico es inmutable, de acuerdo con la ley talmúdica, que lo regula hasta en sus más pequeñas minucias; en un séfer el texto bíblico se escribe sin vocales ni acentos; son, pues, de menor valor para la crítica textual bíblica ya que, aparte de no estar vocalizados no presentan variantes consonánticas desde el s. II d.C.
  • b) Los rollos de la Torah más antiguos que se conservan son del s. X y XI. Aparte del Pentateuco (séfer Torah) y de los pasajes complementarios del resto de la Biblia (Haf lúrot) en la lectura sinagogal, se escribieron preferentemente en rollos los libros de Ruth, Cantar de los cantares, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester; llamados por ello «las cinco Mégil.láh».

2. Códices. Son lo que no tienen uso litúrgico. La forma del códice, mucho más práctica y cómoda, se inventó en el s. I d.C., aunque el rollo continuó usándose esporádicamente. Los códices bíblicos hebreos tienen para la crítica textual una importancia mucho mayor que los rollos, pues en ellos se usan los signos inventados por los masoretas para indicar la vocalización y la acentuación del texto. Precisamente esta vocalización y acentuación, que se denomina con el término técnico de puntuación, constituye el criterio más idóneo para clasificar los códices y sus restos fragmentarios. Antes de proceder a la clasificación según el sistema de puntuación, es preciso dividir los códices hebreos del A.T en

  • a) Códices modelo. Son aquellos manuscritos especialmente cuidados desde el punto de vista de la tradición masorética destinados a servir de norma y confrontación de los manuscritos, con el fin de reproducir correctamente el texto bíblico oficial para el judaísmo.
  • b) Códices privados. Son muy descuidados, destinados sólo a uso doméstico o escolar. No pueden ser utilizados, pues, para la crítica sino con la más extremada cautela.

Una vez clasificados así los manuscritos hebreos se procede a estudiar los tipos de escritura y de letra. Han llegado hasta nosotros emplean dos tipos de escritura:

  • 1. La escritura paleo-hebrea  Es la originalmente usada por el pueblo israelita, y todavía empleada con poca trasformación por los samaritanos en su Pentateuco hebreo; nos es conocida por multitud de inscripciones de la época bíblica y, por algunos fragmentos bíblicos descubiertos en el mar Muerto.
  • 2. La escritura cuadrada. Fuera de tales escasos fragmentos, todos los demás manuscritos hebreos del A.T., comenzando por los rollos del mar Muerto, aparecen en la escritura llamada cuadrada, cuadrática, o aramea, adoptada, al parecer en el destierro en Babilonia. Los manuscritos bíblicos hebreos en escritura cuadrada parece que ascienden a un número que oscila entre 3.000 y 5.000.
  • 3. A su vez se pueden clasificarse según el modo de puntuación en:
    • a) manuscritos de puntuación palestinense;
    • b) manuscritos de puntuación babilónica; c) manuscritos tiberienses (los más numerosos); y
    • d) manuscritos de puntuación modificada. 
    • La victoria del texto masorético tiberiense explica que la inmensa mayoría de los manuscritos sean tiberienses. Los manuscritos tiberienses más destacados son los que a continuación se mencionan:
  • 1) Códice de Alepo.

    Página del Aleppo Codex, Deuteronomio.
    Página del Aleppo Codex, Deuteronomio.

    Es el más importante representante del textus receptus de la escuela de Ben Aser. Según parece la inspección de este ms. movió a Maimónides a declarar que este códice y con él el texto benaseriano debía erigirse en modelo de texto bíblico hebreo para el judaísmo. Primero estuvo en Jerusalén, pasó después a El Cairo y de allí fue trasladado a Alepo, donde por mucho tiempo fue guardado en la sinagoga de la comunidad sefardí. Este códice modelo sólo era utilizado para lecturas litúrgicas, pero nunca se permitió su estudio sistemático ni su reproducción fotográfica. Por ello, es de lamentar que en el incendio de la sinagoga, producido en las luchas entre árabes y judíos en 1948, este precioso códice perdiera una cuarta parte: de los 380 folios que más o menos contenía sólo quedaron 294. Descargar PDF Descargar PDF (Alta resolución). Cfr. Códice de Alepo

  • 2) Códice de profetas de El Cairo.

    clic a la imagen para ver todas las páginas del Códice del Cairo (un archivo PDF)
    clic a la imagen para ver todas las páginas del Códice del Cairo (un archivo PDF)

    Contiene sólo los Nebiim o profetas anteriores y posteriores. Su colofón afirma que fue escrito en el a. 895 por Mose ben Aser, es decir, el padre del que puntuó el códice de Alepo. A tres columnas. Puntuación muy cuidada y masora muy exacta y fidedigna. El análisis de su puntuación a base del Tratado de Misael Ben `Uzziel manifiesta un predominio de lecciones características del sistema de Ben Naftalí. Ello permite pensar que las puntuaciones de Ben Aser y la de Ben Naftalí coincidían en gran medida frente a la de Aharon ben Bose ben Aser. Es decir, la puntuación de este códice difiere bastante de la del de Alepo. Tiene el gran interés de ser más antiguo que éste. Su escritura es también oriental. De la comunidad caraíta de Jerusalén, pasó a poder de los cruzados en 1099. Salido después de manos de éstos pasó a la sinagoga caraíta de El Cairo, donde se encuentra. Descargar PDF

  • 3) Códice B 19 a de Leningrado.

Códice de Leningrado (página 474a).
Códice de Leningrado (página 474a).

Contiene toda la Biblia hebrea. Va fechado en 1009. De los códices bíblicos hebreos completos y fechados es el más antiguo. Tres columnas, excepto Job, Proverbios y Salmos, a dos. No fue puntuado por ningún Ben Aser, pero según uno de sus colofones fue copiado de manuscritos correctos de Ben Aser. Efectivamente, en centenares de pasajes aparece raspada la puntuación original y sustituida por otra coincidente con el modelo de Ben Aser. Sus lecciones vocálicas coinciden en elevada proporción con las del de Alepo. Fue tomado como base para la edición de la Biblia hebraica de Kittel-Kahle (1937). La masora es muy divergente de la del ms. de Alepo y más tardía. Descargar PDF

Contiene algo más de la mitad del Pentateuco. También a tres columnas. Escritura oriental. No lleva colofón pero parece contemporáneo al de Alepo, primera mitad del s. X, aunque Ch. D. Ginsburg creyó debe datarse entre los a. 820 y 850. Su lectura no coincide plenamente con la del Codice de Alepo. Para su exacta clasificación según el criterio de Ben `Uzziel, cfr. F. Pérez Castro, ¿Ben Aser, Ben Naftalí?

  • 5) Manuscrito Sassoon 507.

Tampoco contiene el Pentateuco completo. Pertenece a la biblioteca del citado coleccionista. Tres columnas. Parece contemporáneo de los mss. 1) y 4). Su puntuación, mitad Ben Aser, mitad Ben Naftalí, puede haber emanado de escuela diferente a éstas.

Contemporáneo de 1), 4) y 5). Contenía la Biblia hebrea completa, pero ha perdido parte de sus folios. Tres columnas. Masora Parva muy abundante. Vocalización particular en muchos detalles, en general parece antigua. Para ver el manuscrito

  • 7) Manuscritos tiberienses de Leningrado.

Junto al manuscrito citado en 3) existen en la Biblioteca de Leningrado centenares de manuscristos, más o menos completos, dentro de las llamadas Colecciones Firkowitsch, que no han sido ni suficientemente descritos, ni menos estudiados. Tienen, sin embargo, importancia para la historia del textus receptus tiberiense. De los descritos por Paul Kahle (Masoreten des Westens, Stuttgart 1927) seis van fechados en el s. X.

8) Lo mismo debe decirse de los números fragmentos tiberienses hallados en la geniza, todavía no investigados, y que proceden de varios miles de códices modelo, algunos magníficos, y en cierto número tal vez anteriores al ms. de Alepo. Otros son restos de mss. privados, discutidos.

  • 9) Breve mención de otros manuscritos importantes:

    • Ms. Vaticano 448, Pentateuco con Targum en abreviaturas, acaso del s. X-XI.
    • Ms. British Museum, Harley 5720, Profetas. s. X-XI.
    • Ms. Jerusalén Heb. 8° 2238
    • Ms. 1 del Hebrew Union College, Cincinnatti, Pentateuco y Haftarot, s. X-XI
    • Ms. Cambridge 12, Biblia completa, con un colofón que la fecha en el a. 856, pero que no parece auténtico. Se cree, en realidad, que es del s. XII
    • Ms. del Jewish Theological Seminary de Nueva York, ENA 346, parte de los Profetas Posteriores, acaso del S. XI
    • Ms. de la Univ. de Ann Arbor, Michigan. Pentateuco incompleto, al parecer del s. X-XI
  • 10) Manuscritos de Kennicott, de Rossi y Ginsburg.

En el s. XVIII, Benjamín Kennicott y J. B. de Rossi, y Chr. D. Ginsburg a comienzos del s. XIX recopilaron, estudiaron y utilizaron en sus trabajos muchos centenares de mss., algunos del s. XII y en su inmensa mayoría posteriores. Sus obras son, sin embargo, una rica mina de información.

  • 11) Manuscritos Pseudo-Ben Naftalí.

Dentro de la masa de mss. tiberienses existe un grupo numeroso que presenta una puntuación muy divergente de la del textus receptus basado en Ben Aser. Aunque en un principio se pensó que tales mss. pertenecían a la escuela de Ben Naftalí (P. Kahle), hoy han sido considerados pre-tiberienses (A. Sperber), o representantes de una de las muchas variedades existentes dentro de la escuela tiberiense que no llegó a pasar al textus receptus (Y. Yeivin).

Fuente: F. PÉREZ CASTRO, en voz Manuscritos, de la GER

Anexo: Es de interés el trabajo realizado por el profesor Menachem Cohen de la Universidad Bar Ilán que está a punto de completar un laborioso proyecto con el que pretende dar a conocer la que espera sea la versión más precisa del Antiguo Testamento de todos los tiempos.

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