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Este comentario se corresponde con el Evangelio del Domingo de la 2ª semana del Tiempo de Cuaresma – Ciclo «B»
Lecturas: vol. I (B) Aquí para leer las lecturas completas
- Gn 22, 1-2.9a.10-13.15-18. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
- Sal 115. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.
- Rm 8, 31b-34. Dios no se reservó a su propio Hijo.
- Mc 9, 2-10. Este es mi Hijo, el amado.
En este domingo se nos anticipa el misterio de Cristo resucitado y glorificado a la derecha del Padre. Así ocurrió en el misterio de la transfiguración que nos presenta el Evangelio.: «Por la cruz, a la luz». Dios entregó a su Hijo a la muerte por nosotros (cf. 2ª lecturas.); pero la Pasión es el camino de la resurrección (Prefacio.). Así hemos de vivir el misterio de la cruz siempre, y de modo especial en estos días de Cuaresma, llenos de esperanza en que un día también resucitaremos. Al participar en la eucaristía del cuerpo glorioso de Cristo, nos hacemos partícipes ya de los bienes eternos del cielo (cf. Oración post comunión).
Este segundo domingo de Cuaresma nos invita a contemplar la transfiguración de Jesús en el monte, ante tres discípulos (cf. Mc 9,2-10). Poco antes, Jesús había anunciado que, en Jerusalén, sufriría mucho, sería rechazado y condenado a muerte. Podemos imaginar lo que debió ocurrir en el corazón de sus amigos, de sus amigos íntimos, sus discípulos: la imagen de un Mesías fuerte y triunfante entra en crisis, sus sueños se hacen añicos, y la angustia los asalta al pensar que el Maestro en el que habían creído sería ejecutado como el peor de los malhechores. Y precisamente en ese momento, con esa angustia del alma, Jesús llama a Pedro, Santiago y Juan y los lleva consigo a la montaña.
Dice el Evangelio: «Los llevó a un monte» (v. 2) (…) Subir al monte es acercarse un poco a Dios. Jesús sube con los tres discípulos y se detienen en la cima del monte. Aquí, Él se transfigura ante ellos. Su rostro radiante y sus vestidos resplandecientes, que anticipan la imagen de Resucitado, ofrecen a estos hombres asustados la luz, la luz de la esperanza, la luz para atravesar las tinieblas: la muerte no será el fin de todo, porque se abrirá a la gloria de la Resurrección. Jesús, pues, anuncia su muerte, los lleva al monte y les muestra lo que sucederá después, la Resurrección.
La transfiguración en el monte Mc 9, 2-13
Durante esta estancia en el monte (vs.2-8) los discípulos reciben una sacudida de la gloria futura (y de la gloria que Jesús ha dejado con su Padre), porque Jesús temporalmente toma un cuerpo celestial (comp. 1Co.15:35-49). En el punto culminante de este acontecimiento, les es confirmado por parte de Dios, que también (y precisamente) en medio del tiempo del sufrimiento deben obedecer a las palabras de Jesús (vs.7, comp. 2P.1:16-18).
2Seis días más tarde Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos.
- La presentación del acontecimiento nos recuerda al relato de la subida de Moisés al monte Sinaí para recibir las tablas de la ley (Ex.24 y Ex.34).
- Acompañado por tres discípulos (vs.2; comp. Ex.24:1,9)
- Jesús sube un monte alto (vs.2; Ex.24:1,9; 34:2, comp. Gn.22:1-19) para recibir una revelación especial de Dios (vs.7; comp. Ex.24:12).
- En ambos casos hay seis días que preceden a la revelación en sí (vs.2; Ex.24:16), se habla de una nube (vs.7; Ex.24:15) y del hablar de Dios desde una nube (vs.7; Ex.24:16), de una transfiguración (vs.2b,3; Ex.34:29-35) y del descender del monte (vs.9; Ex.34:29).
- En el vs.4, además, se nombra a Moisés explícitamente. Las semejanzas sugieren que Jesús cumple el papel de Moisés como Mediador del pueblo. Él es el ‘profeta de Moisés’ (véanse Dt.18:15,18).
- Como también en otras ocasiones de todos los discípulos sólo están presentes Pedro, Santiago y Juan (Mc.5:37; 14:33). Probablemente Marcos haya escuchado esta historia de boca de Pedro.
- Para la pregunta sobre dónde sucedió esta transfiguración y para la datación ‘después de seis días’ véase com. Mt 17,1.
3Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
- No sólo la figura de Jesús (vs.2), sino también su ropa cambia, ‘de un blanco deslumbrador, (como la nieve)’. Vestidos blancos son típicos para los habitantes del cielo (Mc.16:5; Dn.7:9; Lc.24:4; Hch.1:10; Ap.3:4,5) y reflejan la gloria celestial.
- En la transfiguración de Jesús, por lo tanto, se revela su gloria celestial (que tuvo antes de que se hiciera hombre y que volverá a tener después de su ascensión) a los discípulos (comp. 2P.1:16: ‘habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad’). Lo que ven en aquel momento sólo se puede explicar indirectamente, por medio de imágenes (‘como la nieve’) y comparaciones (‘como no puede dejarlos ningún batanero del mundo’), ya que los conceptos terrenales no son suficientes para describir la gloria divina.
4Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
- La glorificación de Jesús va acompañada de la aparición de dos figuras celestiales, Elías y Moisés, para los judíos posiblemente los dos profetas más importantes del AT.
- Tienen en común que ambos tuvieron un final de la vida excepcional (Dt.34:1-12; 2R.2:1-12), y los judíos esperaban (ya en el AT) que ambos jugarían un papel en los acontecimientos del final de los tiempos (Mal.4:4-5, comp. Ap.11:1-14).
- Se aparecieron… La palabra ōphthē (lit. ‘fue visto, apareció’) también se usa en el contexto de las apariciones de Jesús después de su resurrección (1Co.15:5-8). Al igual que estas apariciones, la transfiguración es un hecho visible, real, y no una visión.
- Conversando… Elías y Moisés dialogan con Jesús, una conversación de la cual sólo Lucas nos menciona su contenido, a saber, ‘su partida, que Jesús iba a cumplir en Jerusalén’ (Lc.9:31).
5Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
- Según la descripción de Lucas, Pedro reacciona justo en el momento en el que Moisés y Elías se alejan (Lc.9:33).
- Pedro tomó la palabra y dijo… A pesar de que Pedro no sabe lo que dice (vs.6), su reacción no es incoherente, apo-krinomai significa ‘contestar’, pero no era inhabitual usarlo también sin que le precediera una pregunta (Mc.10:51; 11:14; 12:35). En ese caso significa ‘tomar la palabra’ o ‘reaccionar a la situación’.
- De la reacción de Pedro se evidencia que quiere retener la gloria que están experimentando: ‘hagamos tres tiendas’. Las tiendas que quiere montar les servirían como alojamiento provisional, ahora que han abandonado sus ‘moradas celestiales’ (Lc.16:9, comp. Jn.14:2; Ap.21:3).
- Las palabras ‘¡qué bueno es que estemos aquí!’ se pueden interpretar de dos maneras. ¿Quiere decir Pedro que es bueno para ellos (los discípulos, pero quizás incluyendo a Jesús, Moisés y Elías) estar allí y que quiere retener esta experiencia ofreciéndoles alojamiento para la noche, o se refiere a que viene bien que estén ellos (los discípulos) allí, porque ahora pueden servir a Jesús, Moisés y Elías montando tres tiendas? Ambas interpretaciones encajan en el contexto y, a falta de argumentos determinantes es difícil hacer una elección. En ambos casos, Pedro no tiene en cuenta que el acontecimiento es de corta duración. Y es que no puede ser duradero, visto que las palabras de Jesús sobre su sufrimiento, su muerte y su resurrección (Mc.8:31) todavía no se han cumplido.
6No sabía qué decir, pues estaban asustados.
- Pedro y los otros discípulos evidentemente estaban asustados y no saben cómo reaccionar a la situación. Pedro ha exclamado algo porque no sabe qué decir ante todo esto (comp. Mc.14:40). La palabra ekphobos (‘asustados’) por lo demás sólo aparece en el NT en Heb.12:21 (Dt.9:19 LXX), también allí como reacción humana (de Moisés) a la revelación de la gloria celestial (comp. Mc.4:41; 6:50,51; 16:5,8).
7Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
- La nube y la voz forman el clímax de esta transfiguración en el monte.
- La presencia de la nube nos indica la presencia de Dios (Ex 40,34-38; 2Cr 5,13,14; comp. Is.6:4; Ap.15:8). La nube (según Mt.17:5 una nube de luz) tiene aquí una doble función: revela (que Dios está presente de una manera especial) y encubre (de manera que Dios no es visible para las personas).
- La nube ‘hace sombra, cubre’(Ex.40:35 LXX; comp. Sal.90:4 LXX) a Jesús, Moisés y Elías (‘los’) y de esta manera los quita de la vista de los discípulos. Éstos escuchan una voz desde (ek: ‘de’) la nube.
- Las palabras habladas son casi las mismas que después del bautismo de Jesús en el Jordán (Mc.1:11); allí se dirigían a Jesús mismo (‘tú eres mi Hijo amado’), aquí son palabras explicativas para los discípulos (‘éste es mi Hijo, el amado’).
- El título ‘Hijo amado’ recuerda a Sal.2:7 (comp. Gn.22:2,12,16 LXX) y es una referencia al Mesías (véase com. Mc.1:11). A diferencia de Mc.1:11 (‘en ti tengo complacencia’) aquí se finaliza con un llamamiento a los discípulos a obedecer a las palabras y las enseñanzas de Jesús: ‘Escuchadle’.
- Con estas palabras, que nos recuerdan a Dt.18:15, Jesús es identificado como un ‘profeta como Moisés’, es decir, el Mesías. Al inicio del tiempo del sufrimiento, pues, Jesús es señalado de nuevo por Dios mismo como el Mesías y se hace un llamamiento a los discípulos de ser fieles a Jesús y obedecerle a Él.
8De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
- Moisés y Elías se han ido, la nube ha desaparecido y la voz divina ha dejado de hablar. Por lo visto la aparición termina de manera repentina (exapina: ‘de pronto’) y la situación ha vuelto a ser como antes, (‘Jesús, solo con ellos’ comp. vs.2). Jesús no retuvo la gloria celestial que ha experimentado, sino que conscientemente se privó de ésta para ir el camino hacia la cruz (Flp.2:6-11).
A veces pasamos por momentos de oscuridad en nuestra vida personal, familiar o social, y tememos que no haya salida. Nos sentimos asustados ante grandes enigmas como la enfermedad, el dolor inocente o el misterio de la muerte. En el mismo camino de la fe, a menudo tropezamos cuando nos encontramos con el escándalo de la cruz y las exigencias del Evangelio, que nos pide que gastemos nuestra vida en el servicio y la perdamos en el amor, en lugar de conservarla para nosotros y defenderla. Necesitamos, entonces, otra mirada, una luz que ilumine en profundidad el misterio de la vida y nos ayude a ir más allá de nuestros esquemas y más allá de los criterios de este mundo. También nosotros estamos llamados a subir al monte, a contemplar la belleza del Resucitado que enciende destellos de luz en cada fragmento de nuestra vida y nos ayuda a interpretar la historia a partir de la victoria pascual. (Fco)
9Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
- Mientras descienden del monte Jesús (‘el Hijo del hombre’) les manda a sus discípulos que no hablen de lo ocurrido con nadie (Mc.1:44v.; Mc.3:12; Mc.5:43; Mc.7:36; Mc.8:30). Sólo después de su (sufrimiento, muerte y) resurrección habrá llegado el momento para eso, porque su ser el Mesías no se puede separar de su padecimiento y de su muerte. Si los discípulos empezaran a proclamarle ya ahora como el Mesías, el pueblo en su entusiasmo fácilmente podría proclamarle como líder político (véase com. Jn.12:13). Él no ha venido para liberar Israel de los romanos, sino para morir por los pecados del pueblo y traer la reconciliación entre Dios y el hombre.
10Esto se les quedó grabado y discutían (entre sí) qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
- Esta resurreción de la cual hablan los discípulos entre sí no es la resurrección de entre los muertos general, que ya era conocida en aquellos días por los judíos (Hch.23:6-8). En el contexto del vs.9 debemos pensar aquí concretamente en la resurrección del Hijo del hombre (vs.9). Como los discípulos no relacionan la imagen del Hijo del hombre con la del soberano celestial (Dn.7:13 s.), ni la del Mesías con los textos que hablan del padecimiento y la muerte del Mesías, no logran entender por qué Jesús dice que el Hijo del hombre resucitará de entre los muertos (y además, que morirá primero). Para los judíos la muerte y la resurrección del Mesías no eran compatibles: el Mesías no puede morir (véase Jn.12:34).
- Las palabras pros heautous (‘para sí, entre sí’) … ton logon ekratēsan (lit. ‘retuvieron la palabra’) se puede interpretar aquí en el sentido de ‘retener para profundizar más’, podríamos decir aquí: ‘no les abandonaba’.
Ideas básicas
- En este pasaje, se nos presenta la transfiguración de Jesús en el monte como un anticipación de su resurrección y glorificación, destacando la relación entre la oscuridad de la cruz y la luz de la resurrección.
- Los discípulos son testigos de la gloria celestial de Jesús, simbolizada por su transfiguración y la presencia de Moisés y Elías.
- A través de esta experiencia de la voz del Padre, se les confirma la identidad de Jesús como el Mesías y se insta a los discípulos a escuchar y obedecer sus enseñanzas.
- Aunque Pedro propone retener esta gloria construyendo tiendas, la revelación es efímera y Jesús les indica que guarden silencio hasta después de su resurrección.
- Los discípulos, desconcertados, reflexionan sobre el significado de la resurrección, aunque no comprenden plenamente su conexión con la muerte del Mesías.
Anécdotas:
- ἔϰφοβος, ekphobos (‘asustado, aterrado’)
- El arte de pasar oculto (penitencia del rey)
- Ayuno y abstinencia cuaresmal
- Siete razones para ayunar
Fuentes:
- Comentarios patrísticos al evangelio según san Mateo
- Comentarios patrísticos al evangelio según san Marcos
- Comentarios patrísticos al evangelio según san Lucas
- El Reino de Dios y las Parábolas de Jesús
- Las enseñanzas de Jesús (II). Las parábolas
- Análisis del capitulo 13 de san Mateo
- deiverbum.org
- https://online.bibliadeestudio.org/
- Seguimos el texto en español de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española
- El texto griego que seguimos es el editado por Nestle-Aland
- Comentarios de la Biblia de Navarra
- Comentarios de la Biblia de Jerusalén
- Comentario Bíblico san Jerónimo
- Profesores de Salamanca, Biblia Comentada, BAC
- Eugui J. – Mil anécdotas de virtudes
- Solé Roma, J. M., Ministros de la Palabra. Ciclo A, Herder
- Catena Aurea
- Jesús y la Ley
- Jesús y el Antiguo Testamento
- Comentarios patrísticos al evangelio según san Mateo
- Rey Ballesteros, José-Fernando. El evangelio de cada día
- Ángelus, 6 de agosto de 2006 | Benedicto XVI
- Ángelus, 28 de febrero, Papa Francisco
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