La PARTE SEGUNDA (Gen 12-37)

7. Historia de Abrahán (Gen 12,1‑25,12). Comienza por la narración de la vocación de Abrán y la promesa de una tierra. Correspondiendo a esta llamada Abrán se pone en marcha. Posteriormente el patriarca llega a Egipto y allí escapa de una situación comprometida diciendo que su esposa es su hermana. De regreso a la tierra prometida se separa de su sobrino Lot y cada uno se establece con su familia en una zona distinta. Seguidamente hace frente en una batalla a una coalición de cuatro grandes reyes, y después de vencerlos tiene lugar un encuentro con Melquisedec, a quien le dio el diezmo de todo. Después de estos sucesos el Señor ratifica sus promesas y establece una Alianza con Abrahán. Como Abrán era avanzado en días y su mujer era estéril, ésta decidió entregarle a su esclava Agar para que le diera descendencia; de ella nacería Ismael. Seguidamente Dios le cambia el nombre a “Abrahán” y establece con él la alianza de la circuncisión. A continuación tiene lugar la teofanía de Mambré, el anuncio del nacimiento de un hijo con Sara, su mujer, y la destrucción de Sodoma y Gomorra de la que la intercesión audaz de Abrahán sólo logra salvar a Lot y a su familia. Cuando Lot y sus dos hijas han escapado, cada una de ellas yace con su padre, después de emborracharlo; de ellas nacerían los moabitas y los ammonitas. Mientras tanto, Abrahán se traslada a Guerar, donde de nuevo recurre a la estratagema de presentar a su mujer como hermana para evitar peligros. Nace, por fin Isaac, el hijo de Sara, y al poco tiempo Abrahán expulsó a Agar con su hijo Ismael, y se dirigió a Berseba. Cuando parecía que empezaba a vislumbrarse en Isaac el comienzo del cumplimiento de las promesas de Dios, éste le pide que le ofrezca a su hijo Isaac en sacrificio; Abrahán obedece, pero es detenido en el último instante antes de que le diera muerte, una vez que ha probado su fidelidad. La historia de Abrahán termina con la compra de la cueva en la que sepulta a Sara, el casamiento de Isaac y la muerte y sepultura de Abrahán.

8. La genealogía de Ismael (Gen 25,12-19). En Gen 25,12, la fórmula “estas son las generaciones” marca un nuevo cambio de sección, esta vez muy breve, en la que se habla de la descendencia de Ismael, hijo de Abrahán y de la esclava Agar. En Gen 25,19 la misma fórmula “estas son las generaciones” se utiliza para introducir la descendencia de Isaac, segundo hijo de Abrahán, pero nacido de su esposa Sara.

9. Historia de Isaac y Jacob (Gen 25,19-35,29).- Se inicia con la historia del nacimiento de Esaú y Jacob, gemelos, hijos de Isaac y Rebeca. El primogénito es Esaú, pero vendió su primogenitura a Jacob. Seguidamente se narran algunos episodios que tienen como protagonistas a Isaac y Abimélek, rey de Guerar; en uno de ellos se repite el ya conocido engaño de presentar a su mujer como si fuera su hermana. Cuando Isaac es anciano se dispone a dar la bendición a su primogénito, pero mediante un engaño y con la complicidad de su madre, Jacob logra suplantar a Esaú en la bendición paterna. Jacob se dirige a Padam Aram. En el camino tiene el sueño de la escalera que toca a los cielos y hace un voto a Dios en aquel lugar, al que denomina Betel. Llegado a casa de su tío Labán contrae matrimonio con sus hijas Lía y Raquel y goza de unos años de prosperidad. Un día Jacob escapa con su familia de casa de Labán llevándose los dioses domésticos, Labán se entera del robo de que ha sido objeto y da alcance a Jacob en el camino; finalmente, después de dialogar, llegaron a un acuerdo y establecieron un tratado. En su regreso hasta la casa de su padre se suceden varios acontecimientos: lucha durante toda la noche con un personaje misterioso, que le cambia el nombre a Israel; se encuentra con su hermano Esaú; algunos de sus hijos tienen problemas con los habitantes de Siquén; se dirige de nuevo a Betel; tras la narración de la muerte de Raquel y el incesto de Rubén, el texto hace un recuento de los doce hijos de Jacob. Por último se narra la muerte de su padre Isaac. En Gen 36,1 la fórmula “estas son las generaciones” marca un nuevo cambio de sección, esta vez breve, en la que se habla de la descendencia de Esaú, primer hijo de Isaac. En Gen 37, 2 la misma fórmula “estas son las generaciones” pone punto final a esta historia y marca el comienzo de la historia de Israel en Egipto que se inicia con la narración de la historia de José.

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