En este estudio está basado en el capítulo 8 del libro de Benedicto XVI, Jesús de Nazareth.
- Primero veremos cuales fueron las raíces del problema de la «cuestión joánica». Efectívamente, la diversidad del evangelio de Juan respecto a los sinópticos y la supuesta cristología, demasiado avanzada para el primer siglo, hicieron que la investigación crítica moderna negara su valor histórico. A esto ha de añadirse la crítica de Rudolf Bultmann acerca de la influencia gnóstica del evangelio de Juan, tesis que ha sido rebatida muy convincentemente por Martin Hengel y la generación posterior a Bultmann.
- Pero ¿qué nos dice la investigación actual? Nos dice que el cuarto Evangelio se basa en un conocimiento extraordinariamente preciso de lugares y tiempos, que solamente pueden proceder de alguien perfectamente familiarizado con la Palestina del tiempo de Jesús. Además, se ha visto con claridad que el Evangelio piensa y argumenta totalmente a partir del Antiguo Testamento, desde la Torá (Rudolf Pesch), y que toda su forma de argumentar está profundamente enraizada en el judaísmo de la época de Jesús. Sobre las raíces veterotestaemntarias y judías del cuarto evangelio
- De esta manera hemos llegado a las dos preguntas decisivas en torno a las cuales gira la «cuestión joánica»:
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