La Primera, Segunda y Tercera Cartas de san Juan [Repaso]

En blog tenemos una página dedicada al Corpus Joánico. Allí dedicamos una entrada a cada Carta [Primera, Segunda y Tercera]. Pero en esta ocasión, queremos hacer una visión de conjunto de las tres Cartas a modo de Repaso [cf. categoría de “Repasos: Corpus Ioanneum“]. 

Autor

La primera de San Juan es, en realidad, una carta anónima. Sin embargo, la segunda y la tercera Carta fueron escritas por alguien llamado «el anciano» [presbítero]. Ahora bien, como el lenguaje y el estilo de estas tres obras son idénticos entre sí y también con el Evangelio de San Juan, un gran número de especialistas, piensan que todas ellas tienen un mismo autor, y que este sería: el discípulo al que Jesús amaba [Jn 21, 20-24], es decir, que podría ser Juan, el hijo de Zebedeo, uno de los Doce Apóstoles. Y aunque algunos piensen que podría tratarse de otro Juan, también de los primeros discípulos de Jesús, conocido como «Juan, el anciano«, nosotros, teniendo en cuenta la Tradición, optamos por San Juan, el discípulo amado, el hijo de Zebedeo.

Se dirige a judíos conversos de la región

Se trata pues de una persona anciana que tenía la misión de supervisar una serie de iglesias locales, muy probablemente alrededor de la antigua ciudad de Éfeso

Por las pistas internas que se nos ofrece en las Cartas, parece que estas comunidades estaban formadas en su mayoría por judíos seguidores de Jesús, y que habían recientemente pasado una crisis, que fue lo que motivó a Juan a escribirles estas Cartas. Así vemos [cf. 1 Jn 2, 18-23 y 1 Jn 4, 1-3] que menciona un grupo de discípulos que habían abandonado, y ya no reconocen a Jesús como el Mesías de Israel, ni como el Hijo de Dios. Y se dedican a generar hostilidad contra los que han permanecido fieles [1 Jn 3, 4-10]. 

De hecho la Segunda y la Tercera Carta de San Juan abordan claramente este conflicto:

  • La Segunda de San Juan es una advertencia a una iglesia local concreta, acerca de que habían personas que negaban a Jesús. Juan los califica de «embaucadores«, y les advierte de que vendrían buscando validación o apoyo, y la Iglesia no deberá ofrecérselo: «No ofrezcáis vuestra casa, y ni siquiera saludéis, al que acuda a vosotros sin llevar el aval de esta enseñanza; saludarlo equivale a hacerse cómplice del mal que está causando» [2 Jn 10-11]
  • La Tercera de San Juan está escrita a un miembro de una de estas Iglesias, un hombre llamado Gallo, al que el anciano le pide que reciba a los misioneros legítimos que llegarán pronto allí. Tiene que decirle que lo haga, porque el líder de esta comunidad, Diotrefes, está actuando como un necio, e incluso está rechazando a cualquiera que esté relacionado con Juan “el Anciano”.

Por tanto, estas Cartas nos ofrecen un panorama muy interesante acerca de la tensión y el conflicto a los que Juan se enfrentaba en estas Iglesias.

Primera de San Juan 

Finalidad de la Carta

Esta Carta fue escrita como una respuesta a todo lo que acabamos de decir. Es una especie de control de daños y propuesta de tranquilidad a las demás Iglesias. El Anciano les asegura que Dios está todavía con aquellos que aún creen en Jesús, el Mesías. Y que lo estará mientras ellos permanezcan en esta Verdad. Esto nos ayuda a entender lo especial que es la Primera Carta de San Juan. Aunque en realidad no es una Carta -propiamente dicha-, sino más bien un sermón [poético], enviado a estas Iglesias.

Juan -como él mismo dice-, no está diciendo nada nuevo. De hecho, casi todas las ideas y palabras clave en 1ª de San Juan, surgen de las enseñanzas de Jesús en el Evangelio de San Juan [cap. 13 y 17]. Así que el objetivo de San Juan es recordar y persuadir a estos cristianos para que permanezcan firmes en lo que ya dicen creer. 

Género literario

Las cualidades poéticas del sermón de San Juan son realmente geniales. No desarrollará sus ideas de manera lineal o lógica. Usa una técnica de retórica antigua muy conocida llamada «amplificación«. De manera que Juan tiene sólo unas pocas ideas centrales que quiere comunicar acerca de la vida, la verdad y el amor, pero va a darle vueltas a estas ideas en una repetición cíclica, pero ofreciendo un énfasis o ángulo ligeramente diferente cada vez. También usa mucho la hipérbole y los contrastes marcados (p.e. usa imágenes simples como luz y oscuridad, amor y odio, bien y mal. 

Estructura literaria y contenido 

Pero no te dejes engañar por la simplicidad de primera deJuan esta obra es muy profunda. Veamos algunas estructuras y algunas de sus ideas principales:

  • La Carta tiene una clara introducción [1,1-4] y una clara conclusión [5,18-21.]. 
  • Y, aunque los ciclos del sermón que encontramos entre ambas, no siguen ningún diseño literario rígido, si que parece haber como dos secciones [1,5-3,10 y 3,11-5,17]; porque cada una está marcada por la frase inicial: «este es el mensaje…«; y también porque, en cada sección, descubrimos la repetición de dos imágenes: (1) acerca de cómo Dios es LUZ; y (2) acerca de cómo Dios es AMOR. En efecto, todas las ideas de estas dos secciones van girando en torno a estas dos fascinantes imágenes (Dios como luz y amor).

Introducción [1,1-4]

La introducción es muy similar al Prólogo del Evangelio de San Juan [1,1-18; tiene ecos de Gen 1 y Prov 8]. Juan habla de la Palabra de Vida que estaba con Dios en el principio. Para Juan la palabra ‘Dios’ se refiere a tanto al Padre como al Hijo: quienes trajeron Vida eterna al mundo. Para Juan, aquellos que vieron y escucharon y tocaron al Hijo son llamados «nosotros». Juan se está refiriendo a él mismo y a los Apóstoles, quienes fueron testigos oculares de Jesús. Así que ahora «nosotros» tenemos un mensaje para «vosotros«, es decir, la siguiente generación de seguidores de Jesús. Así que cuando los Apóstoles comparten la Palabra de Vida con otros, estos otros también son traídos a la «comunión» con el Padre y el Hijo, a través de los Apóstoles. La palabra «comunión» aquí es koinonía, que en griego significa: participación o compartir. Cuando las personas escuchan el mensaje sobre Jesús -a través de los Apóstoles-, ese mensaje los lleva a una relación real con Jesús mismo; y a una participación real en la Vida y el Amor de Dios mismo. Y desde esta participación y relación reales en Dios llegamos a la primera gran sección.

Primera gran sección [1,5-3,10]: no andar en pecado [tiniebla], porque Dios es luz

  • (1,5-2,11). En esta primera sección se comienza diciendo: «este es el mensaje… Dios es luz». Este es el mensaje de los Apóstoles: que el Dios revelado en Jesús es lu. Así que, si las personas quieren participar en la vida misma de Dios, a través de Jesús, deben seguir caminando en la luz. Y esta es una imagen realmente genial, pero ¿qué significa? Para San Juan luz significa: [1] guardar los mandamientos de Jesús… [2] Pero como esto es difícil, hemos de saber que cuando pecamos, la muerte expiatoria de Jesús es la que nos purificará de todo pecado, y entonces volvemos a ser llamados a levantarnos y obedecer las enseñanzas de Jesús. [3] Especialmente hemos de guardar el viejo pero también nuevo mandamiento que se les dio a los discípulos en la última cena que se amen los unos a los otros como él los amó. Hacer esto es caminar en la luz, y entonces si la luz de Dios está brillando ahora a través de Jesús, entonces quiere decir que la oscuridad está pasando, lo cual también significa que los hijos de Dios en este momento tienen la victoria sobre el pecado, la maldad y la muerte que reina en el mundo. 
  • (2,12-17). Y todo esto lleva a Juan a retar a las iglesias a que no amen al mundo porque éste también pasará. Específicamente se está refiriendo aquí al orgullo y la corrupción sexual. Estos problemas, probablemente, estaban conectados con el conflicto que estaba sucediendo en las iglesias y las advierte acerca de estas personas, que han abandonado las comunidades y quienes niegan a Jesús como el Mesías, y a los que Juan llama: anti-mesías y embaucadores
  • (2,18-3,10). Pero está confiado en que aquellos que conocen la verdad acerca de Jesús, son en realidad: los verdaderos hijos de Dios; y ellos son amados por el Padre, y muestran que son parte de la familia de Dios cuando (1) hacen justicia y cuando (2) se aman los unos a los otros; a diferencia de los embaucadores que están generando: enfado, conflicto y división. Y desde aquí entramos en la segunda sección principal del sermón.

Segunda gran sección [3,11-5,17]: evitar el odio y guardar el amor porque Dios es Amor

  • (3,11-24). Esta segunda sección se inicia igual que la primera: «este es el mensaje … Dios es amor«. Por lo tanto los hijos de Dios deben amarse unos a otros y evitar el odio, para no ser como Caín [Gen 4], -dice Juan-, cuyo odio le llevó a asesinar a su hermano. Pero para los cristianos el amor se define como la entrega de la propia vida ,como sacrificio por el bien de los demás. Eso es, precisamente, lo que hizo Jesús, y cuando confiamos en ese amor de Dios Padre a favor nuestro, entonces somos convertidos en hijos de Dios. 
  • (4,1-21). Juan les advirtió una vez más acerca de los embaucadores; en esta ocasión los llama «falsos profetas» porque además de negar que Jesús es el Mesías, aparentan que están hablando de parte de Dios. Pero Juan dice que prueben o disciernan ese espíritu profético; que cuando alguien dice hablar de parte de Dios, ha de centrarse en Jesús como el Hijo de Dios y crucificado. Por el contrario, estos falsos profetas, no están hablando de parte de Dios, porque ellos no hablan de la Cruz, muerte y resurrección de Jesucristo; mientras que los verdaderos hijos de Dios centran toda su vida en Jesús crucificado y resucitado -porque es ahí donde el corazón de Dios se revela verdaderamente-; en la Cruz vemos que Dios es completamente un ser de amor sacrificial. Ese amor es lo que mueve a los seguidores de Jesús a amar a otros de la misma manera. Y cuando las personas conocen a este Dios de Amor, eso les quita el temor y la angustia para siempre. 
  • (5,1-17). Esto es parte de lo que Juan quiere decir cuando habla de «haber vencido al mundo» [5,1-17], es decir, cuando te das cuenta de que Dios te ama tanto, que está loco por ti a pesar de tus fallas y fracasos más profundos. Ese amor se convierte en algo que ancla tu vida completa. Este amor es resultado de: (1) confiar en Jesús crucificado; llega por medio de (2) confiar en el testimonio de Dios sobre Jesús dando por el Espíritu, que es lo mismo que (3) confiar en el mensaje de los Apóstoles acerca de Jesús. Y cuando este amor de Dios te atrapa se abre la puerta de la Vida Eterna; una Vida llena de la Presencia, la Vida y el Amor de Dios mismo, la cual aunque empieza ahora, continuará en la eternidad. Así llegamos a la culminante conclusión de su sermón.

Conclusión [5,18-21]

Juan concluye así: «Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes, para que conozcamos al Verdadero. Y nosotros estamos unidos al Verdadero y a su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna» [5,20]. ¿A quién se refiere Juan exactamente? ¿quién es Aquel que es el Verdadero? ¿quién es el que da la vida verdadera? ¿Se refiere a Jesús o a Dios? Evidentemente se trata de Jesús. Juan no conoce ningún Dios aparte de Jesús, y cuando él y los otros Apóstoles encontraron a Jesús, descubrieron que el Dios que nos ama tanto ha elegido no existir sin nosotros, a pesar de nuestros fracasos. 

Y este Dios es tan sorprendente y tan inesperado, que las palabras finales de San Juan son: «manteneos alejados de los ídolos» [5,21]. Esto es, que resistamos la tentación de «rehacer» este sorprendente Dios, a nuestra propia imagen (como estaban haciendo los embaucadores y falsos profetas).  «Conocer a Jesús es conocer al Dios del Amor creador y centrado en el otro»… Este -dice Juan- es el único Dios verdadero.

Y de eso se tratan las cartas de San Juan

Recursos

Imagen resumen de las tres Cartas

Vídeo resumen de las tres Cartas 

Bibliografía

  • Paul-Marie DE LA CROIX, Testimonio espiritual del Evangelio de San Juan. Traducción y presentación de Julián URBISTONDO, XXVIII-526 pp. Ediciones Rialp, 1966
  • Villarreal Haro, Brayan (1983). Introducción crítica al Nuevo Testamento (vol. II). Lima: San Isidro.
  • ORIOL TUÑI, JOSEP (1995). Escritos joánicos y cartas católicas. Pamplona: Editorial Verbo Divino.
  • SCHNACKENBURG, RUDOLF (1980). Cartas de san Juan. Barcelona: Editorial Herder.
  • GEORGE, AUGUSTIN (1983). Introducción crítica al Nuevo Testamento (vol. II). Barcelona: Herder.

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